Define la política de viaje de tu empresa

Año a año, las partidas dedicadas a los gastos de viaje de la empresa seguramente vayan en aumento. Por una parte serán un indicador de la buena salud económica de la empresa, y por otra una necesidad de crecimiento evidente que llevará a movilizar cada a vez a un mayor número de personas y distancias mayores.

Así pues,

“desde un proyecto embrionario fruto de la emprendeduría de una o varias personas hasta consolidar una pyme se deberá acudir a un mayor número de visitas comerciales, a más ferias, conferencias y demás eventos del sector”

Y llegará un día en que la empresa se pregunte: ¿Cuál es el ROI de mis viajes de empresa? ¿Tengo unos gastos de viaje justificables? ¿Qué comercial economiza más sus desplazamientos? ¿Qué empleado cierra más tratos en sus viajes y hace más productiva la inversión?

roi de viajes de empresa Estas son solo unas pocas preguntas determinantes para toda empresa, especialmente las más pequeñas, por su valor analítico de primera mano y su vínculo directo con los resultados de la empresa tanto en el presente como en el largo plazo. Los recursos en pymes o micropymes son a menudo limitados, y acudir a una feria del sector B2B puede requerir de una reorganización de presupuestos y un análisis minucioso de los gastos directos e indirectos que el desplazamiento, estancia y material de soporte y gráfico necesario pueden acarrear.

Por todo ello, además de intentar cerrar tratos favorables para la empresa en las reuniones comerciales o los viajes que la empresa haga, uno de sus objetivos primordiales debería ser la optimización del ROI asociado a los gastos de viaje. De las preguntas que hemos avanzado antes, y de otras muchas que el empresario se planteará en base a la idiosincrasia de la empresa o las peculiaridades del propio sector, se empezará a dibujar el marco sobre el que optimizar esta partida. Las conclusiones extraídas deben marcar la pauta de la política de viajes que se implantará en la empresa y que será extensible para todos los empleados cuyas funciones laborales requieran en algún momento el desplazamiento o viaje a otros emplazamientos dentro o fuera del territorio nacional. Qué gastos puede justificar el trabajador, qué límites hay en el gasto asociado a conceptos que sí puede recuperar de la empresa, en qué momento se le devolverá al empleado el dinero avanzado, si habrá o no un anticipo para que el trabajador no adelante todos los gastos…


Definiendo una política de viajes de empresa y la forma en que los empleados se interrelacionan con estos gastos se podrá poner la primera piedra para el control y optimización de estas partidas, que a largo plazo pueden (y deben) ser una parte representativa de los gastos recurrentes anuales de la empresa.

Piensas exportar pero no sabes cómo hacer, lee este artículo

La decisión de abrir una empresa o marca a la exportación es una de las decisiones más complicadas que un empresario debe tomar por la gran inversión de tiempo y capital que seguramente requerirá.

Exportar puede ser barato, no hay duda. Si se dispone de un e-commerce y los productos que se venden son de uso internacionalización de la empresaglobal, se puede ampliar la venta a otros territorios asumiendo el incremento de costes de envío que ello supone.

Ahora bien, aplicar una estrategia independiente a cada país es esencial para alcanzar el éxito en todo proyecto, ya sea una pyme o una empresa mayor. No se debe olvidar que el mercado al que se quiera acceder seguramente ya tendrá unos patrones, unos jugadores y una tendencia propia. Romper con ello y entrar en esa rueda es un proceso complicado que requiere de un análisis minucioso y acertado. Por otra parte están los temas legales, de transporte o arancelarios. Cada país tiene sus peculiaridades y demás aspectos legales que hay que entender en su totalidad para no incurrir en errores graves, por lo que contratar a una agencia experta o asociarse con un partner del país de destino puede ser una idea interesante de valorar. Aprender a exportar requiere muchas horas de estudio y de la compenetración de varias personas y departamentos.

Una vez el análisis de mercado previo se ha realizado, habrá que decidir la forma en que se va a exportar y, en base a ello, el tipo de productos que se incluirán en el proyecto.

Si se va a vender bajo marca propia seguramente haya una mayor libertad de decisión sobre cómo y qué exportar, pues la empresa será la encargada de escoger de forma individualizada todos los productos que crean que pueden ser más atractivos para cada mercado o segmento objetivo.



Si por el contrario se adopta la forma de una marca blanca, los productos serán genéricos y será la línea básica la que seguramente acabe siendo objeto de exportación para que otras empresas pongan su etiqueta. Esto es especialmente relevante si la empresa no estaba orientada previamente a este tipo de producción en otros países, pues representará un cambio en la forma de entender la forma en que se fabrica o suministra cualquier producto.

Si la empresa opta por asociarse con un distribuidor que haga la intermediación y la fuerza comercial en el país de destino, probablemente sea el propio distribuidor quien tenga mayor peso a la hora de decidir qué productos exportar en base a su experiencia y a las posibilidades de éxito que vea en cada uno de ellos.

En resumen, vemos que el cómo exportar acaba siendo determinante en el tipo de productos que se venderán en el extranjero, y que definirán a su vez la estrategia a seguir en cada caso.